La madre de Pidcock, artífice del podio improvisado en La Vuelta

La cancelación de la última etapa de La Vuelta, marcada por las protestas que obligaron a suspender la tradicional jornada festiva en Madrid, dejó en el aire la ceremonia de clausura. Jonas Vingegaard, ganador indiscutible de la carrera, veía así cómo se esfumaba su momento de reconocimiento. Sin embargo, lo que parecía perdido acabó transformándose en una celebración muy especial gracias a una inesperada protagonista: la madre de Tom Pidcock.

Un podio improvisado que salvó la celebración

Lejos del escenario habitual y de la multitud, la ceremonia se trasladó a un simple aparcamiento de hotel en la capital española. Allí, con medios improvisados y la complicidad de varios equipos, se organizó un podio alternativo que permitió al danés vivir, aunque de forma distinta, la emoción de ser coronado en una gran vuelta.

El propio Vingegaard reconoció en un homenaje en Países Bajos lo que sintió al enterarse de que no habría celebración oficial: “Me sentí muy decepcionado. Me arrebataron ese momento”. Pero la iniciativa surgida de la madre de Pidcock cambió todo. “Fue ella quien tuvo la idea en el último momento. Con ayuda de Q36.5 y de nuestro equipo pudimos reunir a todos rápidamente, incluso desde distintos hoteles. Fue fantástico hacerlo posible”, explicó el doble ganador del Tour.

Una ceremonia íntima e inolvidable

En el improvisado acto también se entregó el maillot blanco a Matthew Riccitello, en secreto, para evitar riesgos ante las protestas. Lejos de la pompa habitual, la sencillez dio lugar a una experiencia única. “Con una nevera como podio, fue aún más bonito. Mucho más íntimo. Uno de los mejores momentos de mi carrera”, confesó Vingegaard.

Richard Plugge, director del Visma-Lease a Bike, también destacó lo especial de aquella noche: “Sí, fue la madre de Tom quien lo ideó. Jonas no tenía muchas ganas, acababa de cambiarse, pero dijimos ‘vamos a honrar a nuestros héroes’. Todo se organizó en apenas 45 minutos, y cada uno aportó algo. Hasta la organización se unió, lo que hizo la ceremonia aún más especial”.

Un recuerdo para siempre

Aunque no fue el baño de masas habitual, aquel podio improvisado pasará a la historia como un momento entrañable y simbólico: una celebración nacida del ingenio y la espontaneidad, que demostró que el ciclismo también se escribe con gestos humanos.

17 sep. 2025