El golpe del multimillonario: Larry Ellison irrumpe y dinamita la partida por Warner Bros. Discovery

La batalla por Warner Bros. Discovery acaba de entrar en su fase más peligrosa. Larry Ellison, fundador de Oracle y uno de los hombres más ricos del planeta, ha decidido dejar de jugar en la sombra y poner su nombre —y su fortuna— sobre la mesa para reforzar la ofensiva de Paramount Skydance. Un movimiento que no solo amenaza con tumbar el acuerdo ya pactado con Netflix, sino que reabre por completo el futuro del deporte en streaming… incluido el MTB.

Ellison borra el riesgo financiero de un plumazo

La operación ha cambiado de dimensión. Ellison ha ofrecido una garantía personal de 40.400 millones de dólares para respaldar la OPA hostil de Paramount por el 100% de Warner Bros. Discovery. La oferta se mantiene en 30 dólares por acción, pero ahora está blindada por una solvencia prácticamente incontestable.

Hasta ahora, el consejo de WBD había mostrado preferencia por Netflix alegando menor riesgo financiero. Ese argumento acaba de quedar neutralizado. Con Ellison detrás, la oferta de Paramount deja de ser una apuesta agresiva para convertirse en una propuesta sólida, directa y difícil de ignorar por los accionistas.

Una garantía sin precedentes

Ellison no se limita a firmar un cheque. Por primera vez, ha permitido que el consejo de WBD audite la estructura que gestiona su patrimonio, donde figuran más de 1.160 millones de acciones de Oracle, valoradas en torno a 250.000 millones de dólares. Además, se compromete a no mover ni transferir esos activos durante todo el proceso y a responder personalmente si la operación fracasa.

A esto se suma otro movimiento clave: Paramount ha elevado la penalización por ruptura regulatoria hasta 5.800 millones de dólares, igualando la cláusula del acuerdo con Netflix, y ha extendido el plazo de su oferta directa a accionistas hasta el 21 de enero de 2026. El consejo de WBD ya ha confirmado que revisará formalmente las nuevas condiciones, aunque de momento mantiene su respaldo al pacto con Netflix.

Dos futuros opuestos para el deporte… y para el MTB

Más allá de Hollywood, esta guerra decide algo mucho más profundo: quién controla el deporte en la era del streaming.

El plan de Netflix pasa por quedarse con estudios y plataforma, dejando fuera el negocio deportivo y los canales lineales, que quedarían escindidos en una nueva empresa. En ese escenario, el MTB seguiría dependiendo de una estructura fragmentada, con presión constante sobre costes, derechos y visibilidad.

La propuesta de Paramount es justo lo contrario: integrar toda WBD, incluyendo su potente división deportiva. Eso significa situar al MTB dentro de un grupo que ya gestiona NFL, NHL, NCAA, Champions League u Olímpicos, con una estrategia clara de distribución global y multiplataforma. Para el ciclismo de montaña, la diferencia es enorme: estabilidad frente a incertidumbre.

Reguladores, política y una decisión explosiva

Ninguna de las dos operaciones tendrá un camino fácil. Ambas afrontan un escrutinio antimonopolio severo en Estados Unidos y Europa. La opción Paramount daría lugar a un gigante mediático que competiría de tú a tú con Disney; la de Netflix consolidaría un dominio casi absoluto del streaming, superando los 428 millones de suscriptores combinados.

La presión política ya es evidente. Legisladores de ambos partidos han alzado la voz contra la concentración del sector, y el propio Donald Trump ha insinuado que una absorción total por parte de Netflix podría cruzar la línea del monopolio. En ese contexto, que Paramount mantenga activos sensibles como CNN juega a su favor en el tablero regulatorio.

El MTB, en el centro de una decisión histórica

La entrada de Larry Ellison cambia las reglas del juego. Lo que parecía una oferta secundaria se convierte ahora en una amenaza real y mejor pagada que obliga al consejo de WBD a justificar cualquier rechazo ante los accionistas.

Mientras tanto, el MTB espera. El desenlace de esta batalla decidirá cómo, dónde y bajo qué modelo veremos las carreras en directo durante la próxima década. No es solo una pelea por estudios y plataformas: es una lucha por el control del escaparate global del deporte. Y esta vez, el dinero —mucho dinero— ha hablado.

23 dic. 2025