Dentro del día más brutal de Pogacar: 6.000 calorías y proteínas de culturista en la etapa reina del Tour

El Tour de Francia no perdona, y un ciclista como Tadej Pogacar lo sabe mejor que nadie. El 24 de julio de 2025, durante la monstruosa etapa alpina con final en el Col de la Loze, el joven esloveno enfrentó no solo un recorrido que exigía cada fibra de su cuerpo, sino también una gestión nutricional de élite para sobrevivir y rendir al máximo.

Según los datos revelados por Enervit y Velon, en ese día Pogacar consumió la asombrosa cifra de 6.000 calorías, repartidas entre desayuno, etapa, recuperación post meta y cena. Lo sorprendente no es solo la cantidad de energía, sino la densidad proteica: 600 gramos de proteína, más que lo que muchos culturistas ingieren en un día. Esto supone 2,2 g/kg de peso, si consideramos los 67 kg estimados del campeón, superando con creces los 0,8 g/kg recomendados para la población general.

Proteína al límite: clave para la recuperación extrema

El enfoque de Pogacar es claro: la recuperación manda. 150 gramos de proteína se consumen tras cruzar la meta y en la cena, momento crítico para regenerar músculos y preparar el cuerpo para el día siguiente. Pero durante la etapa, el ciclista ya ingiere 120 gramos, asegurando que cada hora de esfuerzo extremo se traduzca en rendimiento y resistencia.

Los hidratos de carbono, por supuesto, son su combustible. Durante la jornada ingirió 1.200 gramos, de los cuales 460 gse consumieron mientras pedalaba, una media de 92 g/h durante las cinco horas de carrera. Una estrategia conservadora pero efectiva, probablemente repartida para evitar problemas gástricos en los tramos más duros, ajustando la ingesta cuando la intensidad máxima podría comprometer la digestión.

Grasas mínimas, pero estratégicas

En cuanto a las grasas, su consumo se mantiene en torno al 10% del total diario (66 g), mucho menor que en una dieta convencional equilibrada, pero suficiente para mantener el correcto funcionamiento del organismo. Cada nutriente está calculado para optimizar potencia, recuperación y resistencia, sin sacrificar el rendimiento en la etapa más exigente del Tour.

Lo que queda claro es que un día en la vida de Pogacar no es solo pedalear al límite: es un equilibrio milimétrico de calorías, proteínas y carbohidratos, pensado para exprimir cada segundo sobre la bicicleta y llegar al final de la etapa con fuerzas para pelear por el maillot amarillo. La nutrición de un campeón nunca duerme, incluso cuando el resto del pelotón ya ha terminado.

19 dic. 2025