Matteo Jorgenson revela la batalla imposible contra el imbatible Pogacar: “Lo intentamos todo y no había grietas que aprovechar”

En un Tour de France que parecía cualquier cosa menos predecible, Matteo Jorgenson volvió a vivir la sensación de enfrentarse al ciclista más dominante del planeta. El estadounidense, en su segunda participación consecutiva con Visma | Lease a Bike, desveló en el podcast Domestique Hotseat cómo su equipo desplegó todas las cartas posibles para intentar superar a Tadej Pogacar, solo para descubrir que el esloveno no dejaba margen alguno.

“Intentamos cada estrategia imaginable contra Pogacar porque enfrentarlo mano a mano es prácticamente imposible. Buscábamos formas creativas, cualquier detalle que nos diera ventaja”, confesó Jorgenson, describiendo un Tour donde cada movimiento fue analizado al milímetro. Sin embargo, la búsqueda de una debilidad en los primeros diez días resultó infructuosa. “No encontramos ni un resquicio. Fue una carrera impecable, salvo un accidente que no supimos aprovechar”, añadió.

El propio Jorgenson sufrió un revés personal: una infección pulmonar en el primer día de descanso le hizo perder la fuerza que mostraba al inicio, descendiendo del 5º al 19º puesto en la clasificación final. Pero incluso ante la adversidad, su admiración por Pogacar brilló con intensidad. “Es, sin duda, el mejor ciclista que he visto. Para el deporte es increíble, pero como rival, siempre estás buscando su punto débil. Si no lo haces, la carrera sería aburrida”, afirmó.

El corredor americano defendió además la audaz estrategia de Visma: “Algunos critican nuestros intentos de desafiarlo, pero ¿qué sería el Tour sin equipos que lo empujen al límite? Siempre creímos que podíamos ganar. Si no crees eso, ¿para qué sufrir y preparar todo lo que hacemos?”.

Jorgenson también analizó la revelación de Pogacar sobre un problema de rodilla en las etapas finales. “Su margen de ventaja era tan grande que incluso con problemas físicos, habría seguido liderando. Si tuvo estrés durante la carrera, mis respetos”, dijo.

Entre los momentos más electrizantes para Jorgenson estuvo la última etapa en París, cuando ayudó a Wout van Aert a la victoria en un circuito empapado por la lluvia en los Campos Elíseos, dejando atrás al propio Pogacar en la subida de Montmartre. “Nunca olvidaré ese instante. Ver a Wout distanciar al maillot amarillo fue increíble. Fue una forma de cerrar el Tour con un triunfo para el equipo. Perdimos contra un rival superior, pero aún así logramos cosas grandes”, concluyó.

El mensaje es claro: Pogacar sigue siendo prácticamente intocable, pero Jorgenson y Visma no dejaron ninguna estrategia sin probar, ofreciendo un Tour repleto de emoción, riesgo y momentos que quedarán grabados en la memoria de todos los fanáticos del ciclismo.

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